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Del útero al pecho materno

Durante 9 meses aproximadamente el bebé que inicia su vida, ha crecido dentro del cuerpo materno. Desde ahí se nutre a través de un órgano maravilloso que hace `posible su supervivencia; la placenta, de la cual recibe todos los nutrientes continuamente sin hacer ningún esfuerzo. Se mantiene a una temperatura estable flotando en el líquido amniótico que lo abraza y le hace confortable su estancia. El bebé abre y cierra sus ojos cómodamente y puede mirar pequeños cambios de luz.

Ahí dentro está enrrolladito y acurrucadito, en un espacio apretado, pero a gusto en el oasis materno del que tiene garantizado todo lo que necesita.


El bebé dentro del útero obtiene oxígeno de la placenta, es una oxigenación sanguínea, es decir, no usa sus pulmones. Tu pequeño, es capaz de escuchar los sonidos del exterior (aunque de forma atenuada por el líquido) y el que destaca entre todos es el de tu voz.



Una vez que nace el bebé se enfrenta a una serie de cambios importantes;

La temperatura cambia abruptamente al entrar en contacto con el aire, el ambiente calentito y líquido que conocía ha desaparecido y ahora es seco y frío.

De pronto sus ojos se ven estimulados por una luz muy brillante que jamás había recibido y le cuesta trabajo adaptar la mirada al nuevo entorno.

El espacio limitado al que estaba acostumbrado ha desaparecido y ahora se encuentra con todo este espacio libre donde despliega piernas y brazos y lo descoloca.

después de algunos segundos, los pulmones comienzan a vaciarse de líquido amniótico y el bebé comenzará a respirar por primera vez y desatará su primer llanto... Oh descubrirá su propia voz! al mismo tiempo que notará nuevos sonidos más nítidos, más fuertes que cuando estaba en la pancita y esto le desorienta.


Todos estos cambios drásticos generar una reacción de estrés en el bebé, que se atenúan cuando pasa directamente del útero al pecho de su madre.

Entrar en contacto directo piel con piel con la mamá permitirá que la transición de la vida uterina a la extrauterina sea más fácil de transitar y por lo tanto se adapte mejor.

La OMS (Organización Mundial de la salud) y AEP (Asociación Española de Pediatría) recomiendan y promueven en el protocolo de parto la práctica del apego precoz, ya que ha quedado demostrado sus múltiples beneficios:


  • El cuerpo del bebé al nacer se expone a un ambiente contaminado de bacterias. Cuando atraviesa el canal de parto recibe una ducha de las bacterias vaginales que viven naturalmente en el área genital y son benignas. El bebé recibe una primera inmunización natural al entrar en contacto con estas bacterias de la madre y lo refuerza en un segundo momento cuando su cuerpo entra en contacto con la piel de la mamá, que está genéticamente diseñada para recibir a ese bebé.

  • En el pecho de la madre ocurre un fenómeno biológico primal que regula la temperatura corporal del bebé. Nils Bergman es el dr. que se ha encargado de hacer los estudios que comprueban la termoregulación. En pocas palabras, el cuerpo materno genera el calor necesario para mantener al bebé en su temperatura ideal evitando una hipotermia.

  • Ese contacto inmediato facilita el inicio de la lactancia materna, ya que el contacto del bebé estimula en el cerebro materno la producción de la oxitocina y la prolactina (hormonas encargadas de producir leche) y además el bebé comenzará de forma espontánea a buscar el pecho para succionar (instinto de búsqueda y succión).

  • El llanto del bebé se calma rápidamente gracias a este contacto inmediato, ya que una vez el recién nacido oye la voz de la madre y su respiración, genera placer y bloquea la producción de cortisol (que es la hormona que se segrega cuando cualquier ser humano está bajo estrés).

  • Esta cercanía temprana favorece el vínculo afectivo entre el binomio madre-bebé, algunos científicos le llaman a este fenómeno "impronta" que es como una especie de marca que se imprime en mapa cerebral y es imposible de borrar. En este proceso de reconocimiento ambos madre y bebé graban el rostro el uno del otro.

  • El inicio de la lactancia, el contacto piel con piel y el proceso de enamoramiento, hacen que la madre produzca altos niveles de oxitocina, que además de ofrecerle un estado de éxtasis, le permitirá expulsar más fácil y rápido la placenta.

  • Con el bebé en el pecho, termoregulado, calmado, y succionando del pecho de la madre, el padre puede participar en el acercamiento y por ende favorece el vínculo con el padre humanizando el nacimiento.


El momento del parto es un evento único e irrepetible, como siempre digo, puede haber una segunda oportunidad para la madre, pero no para ese niño. Por lo tanto, es fundamental conocer y entender los beneficios del apego precoz y resaltar la

importancia que tiene en el inicio de la vida.

Los protocolos hospitalarios deben estar diseñados para poner en práctica estas directrices, sin embargo en muchos lugares todavía no se han actualizado, razón por la cual la invitación a las madres y los padres que están planificando su parto, es a investigar cómo funciona la estructura hospitalaria donde desean dar a luz y conseguir aquella con la que se sientan cómodos y que concuerde con sus deseos.

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