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Testimonios

Amor, entrega y confianza

María Antonia mamá de José Antonio Montenegro Taylor

Creo que eran como las dos de la tarde cuando Rodrigo, mi médico, conversaba con alguien al teléfono para cancelar sus citas del día ya que tenía que atenderme en mi labor que se estaba extendiendo un poco. Hizo otra llamada, alzó la mirada y me dijo "estoy hablando con Emilia, quieres que venga?"... cuando la vi entrar sentí que el cuarto se llenaba de luz, la abracé y se de me salieron las lágrimas.

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No la conocía mucho, hablamos intercambiado un par de chats y nos hablamos visto una vez, pero no puedo decir cuan gratificante fue tenerla con nosotros. Allí también estaba mi esposo, mi otra doula personal, cerquita de mi llenándome de besos (oxitocina pura). Con Emilia allí logré relajarme, ella me puso música, me abrazaba mucho, me llevó a la ducha para sentir el agua caliente sabiendo exactamente como el agua y las posturas me ayudaban a seguir con más comodidad.

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A veces odia al doctor hablarle, ella después me "traducía". Yo no quería que me tocaran mucho, no quería que me rompieran las membranas del saco amniótico, pero ella fue capaz de explicarme con palabras simples porque era buena idea hacerlo en ese momento. Ella y mi esposo me sostuvieron fisicamente para ayudarme a pujar un par de veces antes de que el médico decidiera llevarme a una cesárea, cosa que yo tampoco quería, pero Emilia con su voz cálida y suave me hizo entender, tuve un tiempo para reflexionar y me ayudó a ver la necesidad de hacerlo.

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La compañía de mi doula durante mi labor fue tener a mi lado a un ser de luz que me llevó de la mano paso a paso por los torrentes energéticos de un momento mágico de mi vida. y mi esposo José Angel que sin conocer mi cuerpo me sostuvo haciéndome sentir amada. Pasé mi embarazo sin saber muy bien como funcionaba mi cuerpo, casi doy a luz sin conocerlo aún. Una doula brinda ese apoyo, sostén emocional. Es una guía, una voz que no juzga que sabe solo amar.

Más allá del parto, el apoyo en la lactancia materna

Maria Eugenia mamá de Maria Paz

Todo comenzó cuando Diego y yo planificamos tener una familia, tuve un embarazo divino sin complicaciones.

Al rededor de las 30 semanas de embarazo una a miga me invitó a un evento para madres, donde tuve la suerte de conocer a Emilia que estaba dando una charla muy interesante sobre el parto. Al final me acerqué a hablarle expresando mi miedo ya que sentía que mi médico podría practicarme una cesárea sin necesidad, y yo estaba decidida; Quería un parto natural!

De inmediato a mi solicutd me recomendó a un par de médicos capaces de escuchar mis deseos y acompañarme en un parto natural sin intervenir fuera de lo necesario. Llegué a la casa animada y aunque no fue una decisión fácil, para mi esposo sobre todo, cambiar de médico finalmente lo hicimos, y menos mal! Lo más nos ayudó a calmar las ansias y los miedos fue el curso prenatal que Emilia dicta, allí pudimos ver las cosas desde otra perspectiva, el curso nos abrió los ojos! Aprendimos que podemos y debemos empoderarnos de nuestro parto tomando decisiones conscientes.

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Conocer a Emilia fue una puerta que nos permitió vivir el embarazo y el parto de forma positiva, pudimos conocer nuestras opciones y como nos ayudo! tuvimos un parto hospitalario por decisión propia, sin acompañamiento, pero nos dimos cuenta de lo valioso que hubiese sido tener a una doula en todo el proceso.

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Una lección que aprendí de mi esposo fue a no temer para pedir ayuda cuando uno la necesita. Después del parto hay una brecha, la lactancia a veces no inicia con facilidad. Contar con la ayuda emocional y práctica de Emilia fue fundamental para poder seguir amamantando. Verdaderamente les digo que una madre necesita ese apoyo continuo. Estamos profundamente contentos y agradecidos.

La lactancia, todo un desafio

Amalia Pereira mamá de Tomás

Gastón y yo siempre quisimos ser padres, 5 años después de estar juntos supimos la buena noticia. Tuvimos un embarazo muy sereno, pero como pasa comúnmente los últimos meses son los más "difíciles" de sobrellevar, me refiero a empiezan los miedos, yo comencé a cuestionarme muchas cosas acerca del parto y la lactancia, dudas sobre si lo iba a lograr, me preguntaba si sería una buena madre muchas cosas más. Un buena amiga que también estaba embarazada me invitó a unas clases prenatales, allí fue donde inicié mi recorrido con Emilia, una doula de verdadera vocación. Tomar su curso fue lo mejor que pudimos haber hecho ya que pudimos resolver muchas dudas y la tranquilidad de saber como actuar ante distintas situaciones y eso nos llevó muy serenos al día del parto.

Ahora bien, esto no termina aquí... ya que después del nacimiento llegó un gran desafio, Amamantar!

Las primeras semanas fueron difíciles, pensé en abandonar el oficio, me sentía agobiada, cansada, me dolían muchísimo los pezones, cada vez que me tocaba dar  pecho para  mi era una tortura. Fueron días muy duros. Es así como acudimos a nuestra querida Emi, supimos pedirle ayuda en el momento justo y ella nos atendió sin vacilar un 31 de diciembre.

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Nunca me hubiese imaginado todo esto, creo que se necesita información, apoyo y ayuda justa para superar las dificultades. La intervención de Emilia en la lactancia hizo que fuera mágico, pasé del dolor al pacer, ahora alimento a mi bebé y lo disfruto. 

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En resumen puedo decir que no existe una fórmula mágica para todas, pero prepararse para recibir a nuestros hijos ayuda a minimizar el riesgo de fracasar en el intento. Así es como Gastón y yo estamos viviendo esta maravillosa aventura de ser padres.

Lo que significó mi doula en mi embarazo

Yohana Mamá de Danna

Doula... un nuevo término para mi que legó a mi vida tomado de la mano de esta nueva etapa que voy descubriendo cada día, mi maternidad.

Contar con una doula ha sido la esperanza plena de confiar que puedo lograr un parto lleno de amor, único e inolvidable, es como tener un libro abierto donde consigo respuesta y frases positivas y alentadoras que me calman en contra de esa marea desalentadora en la que nos vemos rodeadas las madres comúnmente.

 

Estoy transitando un camino totalmente desconocido, donde lo poco que sabía era infundido por lo que se escucha por ahí, generalmente cosas que te llenan mucho de temor, pavor! contar con Emilia me hizo ganar confianza en mi misma para transitar este camino con pasos firmes, puedo confiar en mi y mi bebé. Siento que no necesito entrar en detalles y saber mucho, doy un paso a la vez sin realmente saber lo que me espera.

 

A veces me aterra pensar que sería de mi y  mi bebé solos en este camino? pienso " seriamos uno más del montón" es una lástima ser mamá y no poder disfrutar cada etapa a plenitud como lo estoy haciendo con los ojos bien abiertos. Me siento bendecida, privilegiada.

 

Estamos listos para su llegada, caminamos hacia el día de su nacimiento llenos de amor, confianza y positivismo porque vamos de la mano de nuestra querida doula, gracias infinitas Emilia.
 

 

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